No que no

Foto: Especial

Por: @inforneutra

La seguridad, por instrucciones superiores, previendo un Sinaloa, Michoacán o Guerrero en Puebla (que aunque lo nieguen) la tendrán que administrar, dosificar y "padrotear" los "milicos” o sea, la malicia… perdón quise decir "milicia".

Tanta soberbia que se tenía en aras de cumplir acuerdos, que al final, la plana se corrige desde la federación... y vaya que urgía.

El inicio de un “golpe de timón” que pretende bajar el “mood social” del descontento en toda la ciudad y en general en todo el estado.

Las estrategia con encuestas pagadas, donde se dice que la inseguridad disminuye con las estrategias “cuatroteístas”… se cayeron con la cruenta realidad que les escupe a la cara y para muestra los asesinados, los ecobijados y entambados de los últimos días… de la delincuencia en transporte y de “banqueta” ni hablar porque todos los días basta escuchar, leer o ver las noticias locales y algunos medios al abrirlos salpican sangre todavía.

La cómica respuesta de nuestros gobernantes al ser cuestionados por los compañeros de los medios no hace más que evidenciar que si algo les pesa es el tema de la inseguridad, niegan, revuelven y cantinflean.

Al final para nuestras autoridades no es lo que esperaban, todos están sobre el “bisne”, en lo demás, pues no, pese a que en campaña a los cuatro vientos se desgarraban las vestiduras y prometían, seguridad y paz para Puebla, estado y capital.

En la plantilla laboral de muchos gobiernos, todos son amigos, puesto que en Puebla la gran mayoría de “morenistas” cobraron en el viejo y gris edificio de la  diagonal o en el renovado cuartel de la colonia Bugambilias; la purga de “los corruptos de antes” no ha llegado, ni llegará, gracias a los compadrazgos y complicidades.

En el imaginario colectivo hay nada concreto que ponga a nuestras autoridades estatales y municipales de varios rumbos del estado que cumple las promesas de campaña… han sido insufribles los 100 amorosos e imparables días pese a que dicen se piensa en “grande”.

Sí, la inseguridad es estructural, esa inseguridad agravada y heredada en un cúmulo de deficiencias, pero no fue hasta que los “polis” hicieron paro, la autoridad volteó a verlos, pero no han sido los únicos los policías municipales de Puebla capital, desde el inicio de estas administraciones amorosas e imparables ha habido inconformidades de policías estatales y auxiliares y las han acallado, los maquillistas del poder han hecho hasta lo imposible para que pase desapercibido.

En el 711 de Reforma levantaron las cejas, en el 14 de la misma calle tragaron saliva, pero tuvo que llegar el CO a “poner orden” puesto que hasta el brutal asesinato de dos elementos no fue que se puso atención…

No duden mis tres lectores que futuros inversionistas también comentaron en las mesas, ahora familiares, ese asunto, el de la seguridad, para sus inversiones no se vean afectadas claro… o apoco ¿cree usted que pese a los “humanista” de nuestros gobiernos realmente les interesan los poblanos? Les interesa nuestro dinero, el dinero de los bisnes, pero su seguridad o la mía… y por eso desde la comodidad de una camioneta blindada rodeados de elementos de la Guardia Nacional, el Ejército y un ejército de “cuicos” de crucero o los famosos “06” siguen asegurando que sus estrategias “funcionan”.  

Volviendo al tema, nada nos garantiza que ya no se verán autos sobre tabiques, a plena luz del día, retando a la autoridad o mejor aún, evidenciando que la “fuerza” está podrida desde sus “adentros”, pues la colusión con el crimen es, ¡total! Y además no es de apenas, con gobiernos de todos colores hemos escuchado recurrentemente ese discurso.

Quejas de los honestos integrantes, que salen a diario a “rifársela” con el “Jesús en la boca” aunque lleven “todas las de la ley”, nunca saben cuándo morían a manos de un adolescente desnutrido, por enfrentar  un asalto a farmacia.

Y en el caso de las féminas dentro de las fuerzas del orden, esperemos que los nuevos mandos, eliminen la humillación y las vejaciones que a diario enfrentan y esos mismos mandos obligan a callarse… esperemos que las amorosas e imparables autoridades instruyan a sus “eficientes y eficaces” jefes policiacos se acabe en realidad ese cáncer, el buen juez por su casa empieza dice el refrán.

Esperemos que las respeten pues para muchas ante las vejaciones el pan en la mesa de sus casas, es más importante que su dignidad mancillada, por esos mandos medios que están podridos desde hace mucho.

La mayoría de las mujeres, así transitan a diario y los jefes les dicen “espero las quejas y denuncias y no los chismes” como diciendo, “exhíbanse”, para adentro, y que la fuerza las orille al desprecio general de sus demás compañeras… ¡cero empatías!

Y de eso el falso feminismo poblano escondido en la nómina del gobierno patriarcal, prefieren una plaza magisterial, ser subsecretarias u ocupar una curul en el Congreso para proponer más gastos a los poblanos iluminando edificios públicos que atacar de fondo situaciones como estas.

El tema de la seguridad es muy difícil “así fue en las administraciones pasadas” dicen, al ayuntamiento podríamos darle un dejo de duda puesto que “el anterior” no era del por lo menos del color, porque de amistad hay mucha... pero ¿en el caso de nuestras autoridades estatales? no se hacen responsables del cagadero de la anterior administración pese a ser del mismo color… curarse en salud es lo mejor que les sale y mientras los poblanos somos los paganos ante el mediocre desempeño de gobierno.

Ya para cerrar porque el “Nanito” empieza a enchinchar por su paseo matutino, digamos que los mandos militares vienen a dar la ilusión de orden, solo la ilusión, pues el mando en el estado, cobra por regresar a sus antiguos puestos a la fuerza que tiene bajo sus órdenes, mochándoles a muchos, sus vacaciones y castigándolos por “indisciplina”, además por robarse sus bonos, violentado derechos laborales y pidiendo moche, para seguir como si nada… los pactos con las mafias ya están en marcha, y no es que lo digan los comentócratas, lo evidencia miembros de la propia fuerza y lo confían solo a algunos.

La familia está de por medio, la de ellos, y la de las hermandades.

Además el imaginario colectivo confía un poco más en los soldados que en la corrupta poli… ¡punto!

Veremos qué tal.

¡Oh, sí!