Borrachera de poder

Foto: Especial

Por: @inforneutra

Muchos son los lenguajes no verbales, en ciertos briagos de poder, les podemos observar el mentón en alto, ver como se engrandecen, miran a los demás debajo de su hombro… se hinchan como palomos de zocalito… se cierran a escuchar a los demás, hay un desprecio por los consejos, se alejan de la realidad.

La “cruda” les dura toda una vida, pues el poder tiene vigencia, la mayoría lo sabe por eso y tratan de alargar ese final brincando de un puesto a otro.

Decía Confucio: "Si quieres conocer una persona, dale poder"

Como especie humana, todos en menor o mayor medida, somos narcisistas, obsesivos, manipuladores, controladores, pero, ese es el sello distintivo de personajes de la política… aman ser el foco de atención y de que la aldea gire en torno a ellos pese a que le gente les reclame varias malas decisiones.

Uuuufff... la vanidad es de los peores pecados.

"Borrachos" de poder así se comportan como  dioses… en ese olimpo prieto…

Se saben vencedores de mil, batallas, saben sus trapacerías con el presupuesto antes de ser “honrados prietos”, olvidan su génesis partidista y ahora se les llena el hocico de decir “somos los transformadores de la patria”… en serio así dicen.

En fin, triste memoria tratar de borrar lo pasado.

Nuestra clase política así está, así se presenta y con esas ínfulas que demuestran, solo exhiben su pequeñez, cuando salen corriendo ante cuestionamientos de sus desempeños y acciones…

Así el gabinete de nuestro Rafita de Acatzingo, alias “el hijo prodigo del marinismo”, alias Alejandro Armenta, el gabinetazo de “afectos” y sin efectos que se quedó corto y enano.

Dijera el clásico, es lo que hay y mientras nos asaltan en el transporte o caemos en un bache hay que seguir adelante…

¡Oh, sí!