Cuando la complicidad se disfraza de autonomía
- PeriodicoYA Puebla

- 30 jul
- 3 Min. de lectura

Por: Bruce Julis // Tik-Tok / TW: @BruceJulis
En esta Puebla de discursos grandilocuentes y realidades silenciadas, la palabra autonomía es como un florero de cristal: bonita para presumirla, pero muy frágil para usarla.
Y es así como todos los días podemos ver está la supuesta autonomía, siempre en la esquina bien adornada y bien iluminada, aunque en el fondo sólo sea un bello adorno, como parece ser en el estado, la Comisión de Derechos Humanos poblana.
Tenemos claro que esta debería ser un refugio para quien sufre injusticias, abusos, violencias, pero lamentablemente se ha vuelto una oficina de cortesías y de frases medidas para no incomodar a quien gobierna.
Vemos con tristeza y gran preocupación, que cada vez alguien toca la puerta: madres que buscan justicia, periodistas hostigados, activistas perseguidos, en respuesta sólo obtienen comunicados educados, citas programadas, abrazos institucionales… y nada más.
Porque por más que se insista y se niegue, la Comisión de Derechos Humanos poblana hoy actúa buscando no mover las aguas, no vaya a ser que la marea salpique el despacho del gobernador y pueda ser increpada.
Dicen que quien encabeza dicha comisión tiene trayectoria, formación, buenos modales.
Y sí, tal vez todo eso sea cierto.
Pero ¿de qué sirve eso a los poblanos cuando, al enfrentar al poder se opta por la tibieza que baja la mirada y simula que todo está bien?
Porque hay que insistir que la verdadera defensa de los derechos humanos, es esa que incomoda, la que implica plantarse firme, aunque a veces pudiera temblar la voz, pero debe estar todos los días, enfrentando la injusticia y protegiendo al que lo necesita.
Pero lamentablemente es aquí donde la voz se modula para no alterar la música oficial y callar ante los abusos "oficiales".
Hoy en Puebla el resultado es una Comisión que no confronta, sino que acompaña y aplaude.
Que no presiona, sino que decora.
Que no denuncia, sino que recomienda… cuando le conviene.
Todo esto con la complacencia de quien dirige esta Comisión, mientras el gobernador presume gobernabilidad y modernización, aunque la libertad de expresión se achique, los abusos se incrementen y la protesta se criminalice.
Y no se trata de personas, nombres o de colores partidistas.
Se trata de asumir con dignidad el manejo de una institución que debería ser refugio y contrapeso, no cómplice silencioso.
Se trata de recordar que cada silencio sólo avala una injusticia y que cada omisión, deja sin voz a quienes seguramente ya lo perdieron todo.
Quizá un día en Puebla despertemos y exijamos una Comisión de Derechos Humanos que incomode, que señale y exija.
Que defienda a las víctimas, aunque moleste a los poderosos.
Pero parece que eso no llegará pronto y la complicidad seguirá disfrazada de autonomía, donde la dignidad, permanecerá archivada, junto a los oficios sin respuesta.
Porque aquí, cuando el poder ordena silencio, la Comisión obedece bajito.
Y cuando la Comisión calla, la injusticia se vuelve costumbre adornada con frases lindas, aunque estén vacías.
Pero mientras entendemos que eso debe cambiar y sólo nosotros podemos hacerlo, aquí les dejo mi reputación para que sigan haciendo con ella lo que quieran, porque pueden tener la certeza hoy y siempre... que en mi hambre mando yo.
Hasta la próxima.
AxolotlMEDIA Ideas en Peligro de extinción



















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